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En un country, en la playa o cerca del lago… Sin importar la ubicación, tu departamento o casa de fin de semana es un refugio de calma lejos del estrés, el bullicio y la agitación de la ciudad. Un lugar que cumple un rol tan importante en tu vida necesita una decoración que acompañe el objetivo del espacio: ser tu cable a tierra.

¿La clave para lograr un espacio funcional y práctico? Decorá con una regla de oro: menos es más. Dejá que la naturaleza que te rodea sea la protagonista del espacio, incluí elementos del entorno como piñas y ramas de eucalipto o caracoles, si estás en la playa. Priorizá los muebles que tengan líneas simples, que le otorgan frescura y ligereza al espacio y elegí materiales nobles que resistan el uso diario. La madera es uno de los materiales esenciales para cualquier espacio, dada su versatilidad. También podés jugar con distintas texturas: lámparas de fibras naturales, sofás de lino, estructuras de hierro… Las combinaciones son infinitas y le dan un toque de originalidad y personalidad distintiva a tu espacio.

La paleta de colores a elegir también es muy importante a la hora de darle un estilo a tu casa y va de la mano de la elección de materiales. El blanco es el color estrella de una casa de fin de semana, sin embargo, hay que tener cuidado de que no sea puro, ya que apaga los espacios y los vuelve fríos; es mejor elegir un blanco roto con subtonos cálidos que aporta luminosidad al espacio sin dejar de ser acogedor. Otra buena idea es sumar un touch de color inspirados en el entorno y volver a reflejar la belleza de la naturaleza que rodea tu casa: celestes como el mar o verdes como los árboles.