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La Plaza de Mayo, el principio de todo

Para contar la historia del país de manera correcta, debemos empezar por el lugar donde todo comenzó: la plaza más antigua de Argentina, donde hace más de 200 años empezó el camino de la independencia argentina. En el centro de esta imponente plaza se ubica también la Casa Rosada, inaugurada oficialmente en 1898.

Como continuación de la Plaza de Mayo y la historia del país, el próximo protagonista es el estilo colonial y su construcción que mejor lo representa, el Cabildo, quién se encuentra en el mismo lugar desde el año 1580.

La última gran modificación fue en el año 1725, donde se ordenó demolerlo y reconstruirlo con una gran impronta colonial, estilo que se ve reflejado hasta el día de hoy en su construcción, más allá de las modificaciones que se le hicieron con el pasar del tiempo.

Llegan inmigrantes, surgen nuevos estilos

Entre el año 1880 y 1915, Argentina recibió 1.500.000 inmigrantes europeos que llegaron al país para convertirlo en su casa, y eso se vio reflejado en gran parte de la arquitectura. Barrios como La Boca y San Telmo fueron testigos y hoy son reflejo a través de sus colores y mercados de esta llegada de europeos al país.

Barrios que reflejan poder

Tras la epidemia de fiebre amarilla del año 1871, las familias más ricas del sur se fueron moviendo hacia el norte y de esa forma empezaron a poblar Recoleta, que se consolidó definitivamente con la llegada de Torcuato De Alvear a la intendencia. Desde ese entonces en Recoleta y Retiro empezaron a construirse grandes palacios y jardines con gran influencia francesa, hoy transformados en su gran mayoría en hoteles y embajadas.

Nuevos movimientos, nuevo gobierno.

La llegada de Perón al poder también se refleja en la arquitectura de la ciudad, en edificios como el el central del Banco de la Nación Argentina. Entre otros, este tipo de edificios destacan por su estructuras grandes y monumentales. 

Arquitectura racionalista y el poder extranjero

Edificios como la sede central del extinto banco de Londres es un claro ejemplo de arquitectura racionalista influenciada tendencias que ya se veían en todo Europa. Otro claro ejemplo de esta tendencia, es la Biblioteca Nacional Mariano Moreno, un edificio brutalista que finalizó su construcción a principios de 1990.  

Los edificios de Buenos Aires cuentan la historia de la ciudad en cada detalle, y gran parte de la historia del país también se ve reflejada en los edificios, siendo estos protagonistas y sede de grandes momentos de la historia argentina.