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Considerado como la figura central de la arquitectura ecléctica en Argentina, Alejandro Christophersen fue uno de los arquitectos más reconocidos en nuestro país. Egresado de la  Real Academia de Bellas Artes de Bruselas, llegó a nuestro país en 1887, donde cultivó una fecunda obra arquitectónica que ayudó a establecer la estética porteña, obra que aún se puede apreciar en las calles de Buenos Aires entre propiedades en pozo y departamentos en alquiler.

Uno de sus proyectos más reconocidos es el Palacio San Martín (ex Palacio Anchorena) que fue construido a principios del siglo XX por encargo de la aristócrata Mercedes Castellanos de Anchorena. Ella y su familia vivieron en la suntuosa propiedad hasta 1936 cuando el Estado nacional adquirió el inmueble como sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, que se mantiene hasta la actualidad. El edificio, además de ser una de las joyas arquitectónicas de Retiro, es un gran ejemplo del eclecticismo de Christophersen, ya que conjuga elementos del academicismo francés y el estilo borbónico en sus tres residencias independientes que convergen en un hall central.

El Café Tortoni, fundado en 1858, destaca entre los demás cafés de Buenos Aires por ser el más antigüo de la ciudad. Su imponente fachada que data de 1898 y el bellísimo diseño también son obra de Christophersen. Entre sus paredes, el Café Tortoni supo recibir a Jorge Luis Borges, Luigi Pirandello, Federico García Lorca y Julio Cortázar, así como los músicos Arthur Rubinstein y el mítico Carlos Gardel.

Con una de las cúpulas más bellas de la ciudad, la Iglesia Ortodoxa Rusa de la Santísima Trinidad decora los cielos de San Telmo desde 1904. Si bien el proyecto original fue trazado por el arquitecto del Santo Sínodo de Rusia, Mihail Preobrazhensky, fue Alejandro Christophersen quien lo adaptó para la Ciudad de Buenos Aires. La fachada que da al Parque Lezama tiene tres vitrales que ilustran distintas escenas bíblicas y, en el frontispicio, se luce un mosaico realizado en San Petersburgo que representa a la Santísima Trinidad. Por otro lado, de cada una de las vibrantes cúpulas azules se eleva una cruz orientada hacia el Este, sostenida por cadenas, tal como se acostumbra en Rusia.

Como fanáticos de la arquitectura de nuestra ciudad, desde Toribio Achával queríamos darle protagonismo a uno de los eruditos del mundo de la arquitectura nacional y la persona detrás de alguno de los edificios porteños más bellos y emblemáticos.